27Abr2015, 5:15pm
¿Está preparada América Latina para un terremoto de gran intensidad?
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El terremoto de
magnitud 7.8 que el sábado azotó Nepal, dejó más de 3,700 muertos,
miles de heridos y cuantiosos daños materiales, volvió a activar las alarmas en
América Latina. ¿Se pueden predecir los sismos? ¿Qué tan preparados están
países como Chile, Perú o México para enfrentar una emergencia de este tipo? Expertos aseguraron, semanas
antes del sismo, que el movimiento telúrico siguió el patrón de grandes
terremotos que tuvieron lugar en ese mismo lugar hace más de 700 años.
El descubrimiento de un supuesto patrón
histórico fue hecho por un equipo de geólogos encabezados por Laurent
Bollinger, de la Comisión de Energías Alternativas y Energía Atómica de
Francia. El grupo anticipó que ocurriría un terremoto precisamente en la
zona de Katmandú, capital de Nepal. Semanas
antes, el grupo de investigadores realizó un trabajo de campo en la principal
falla geológica de Nepal, de un largo de 1,000 kilómetros que recorre el país
de oeste a este. Cavaron trincheras donde enterraron fragmentos de carbón para
determinar cuánto y cuándo se movió la falla.
El procedimiento era sencillo. Las lluvias
monzónicas taparon el rastro del tiempo y escondió las grietas. Pero con el
truco del carbón los expertos pudieron determinar que el segmento de la falla
que analizaron no se había movido en mucho tiempo. El equipo determinó que con
los años los sismos se repetían en los segmentos de la falla que investigaron y
que podía existir un patrón. Paul Tapponier, del Observatorio de la Tierra de
Singapur, uno de los integrantes del equipo de Bollinger, dijo que vieron que
Katmandú podría estar expuesto a unos grandes temblores en el mismo punto de un
sismo ocurrido en 1344. El hallazgo del
patrón, que se repite cada 80 o 90 años, cobró fuerza el sábado. ¿Coincidencia?
¿Un patrón histórico que permitirá a los científicos pronosticar con cierto
tiempo grandes terremotos?
Mar de dudas
No todos comparten el optimismo del equipo de
Bolliger. Algunos advierten que las probabilidades de que ocurra un sismo de
gran magnitud, por ejemplo en América Latina, siguen siendo altas porque así lo
indica el patrón histórico pero no necesariamente existe un mecanismo para
prevenirlo días antes.
“Sé que se habla de gente que predice terremotos
y eso siempre ocurre”, dijo a UnivisionNoticias.com Charles Walker, director
del Instituto Hemisférico para las Américas de la Universidad de California en
Davis, un historiador de terremotos en América Latina. “Además, siempre hay
científicos serios y no tan serios que hacen pronósticos de todo tipo”. De las
probabilidades de un gran sismo en América Latina en los próximos 10 años, tema
que se viene debatiendo desde los terremotos de Haití y Chile, en enero y
febrero de 2010 respectivamente, Walker dijo que “es probable que haya un
terremoto grande en Los Andes (entre Chile y Venezuela) en los próximos ocho o
10 años”, pero eso “no ayuda mucho y tampoco es muy controversial o arriesgado”
de predecir. “En términos francos, es como pronosticar que Barcelona va a ganar
la Champions League en los próximos siete años. Es probable que suceda. Y si
uno se equivoca. No pasa nada, nadie se acuerda”.
¿Y cuál es la magnitud de un gran terremoto? En
mayo de 1960 en Valdivia, Chile, se registró un sismo de 9.5 que lo convierte
en el más grande de la historia. El movimiento provocó un maremoto cuyas olas
llegaron a las costas de Japón varias horas después. Tras el sismo de Nepal,
Bollinger dijo que probablemente no fue lo suficientemente grande como para
quebrar la tierra hasta la superficie, lo que sugiere entonces que la falla
geológica esté acumulando más tensión y se vean más temblores de este tipo en
las próximas décadas.
Depende dónde
El terremoto del 12 de enero de 2010 en Haití
fue de 7 grados y dejó unos 316 mil muertos y 2 millones de personas sin hogar.
Puerto Príncipe, la capital, quedó en ruinas. Cuarenta y seis días después, el
27 de febrero, un terremoto de magnitud 8.8 azotó la zona centro-sur de Chile y
desencadenó un maremoto. Murieron 526 personas. El 25 de agosto de 2014, cuatro
años y seis meses después del terremoto de Chile, un sismo de magnitud 6
sacudió el Valle de Napa, California. No fue el “Big One” que los californianos
esperan que ocurra en la falla de San Andrés, pero como en Nepal, Haití y Chile
hizo saltar las alarmas y las preocupaciones.
La pregunta regresó: ¿se pueden predecir los
terremotos? ¿Advirtieron previamente los sismos de Haití, Chile y del Valle de
Napa? ¿Es válida la teoría del patrón histórico hallada en Nepal? “Todavía no”, dice Walker. “Se puede saber si
hay más probabilidades, pero predecir -y así prevenir- todavía no. Todavía
falta tiempo”, y en el supuesto caso de haberse hallado un patrón hay que
corroborarlo con lo que se trata de prevenir, uno o varios terremotos.
“Desde mi punto de vista como historiador, la
información histórica que se recopile del pasado sirve para estar preparado y
evitar cierto tipo de viviendas o edificios. Haití nos da lecciones importantes
y muy trágicas”, indicó Walker. Dijo
además que de acuerdo con el conocimiento de la historia de América Latina, “es
muy posible -y ojalá no lo sea, que ocurra un gran terremoto” pero advierte que
el Continente “no está preparado” para soportar un sismo de gran potencia como
el registrado en Chile en 1960. “México ha avanzado mucho y Chile ha mostrado
una gran capacidad para la reconstrucción y para las emergencias, pero Lima no
está preparada. Hay mucho trabajo por hacer”, dijo.
La falla de San Andrés
El historiador recordó que un “Big One” en la
falla de San Andrés ocurre más o menos cada 150 años, “así que no es de
extrañar que cada cierto tiempo una gran sacudida se presente en esta zona
donde convergen las placas del Pacífico y la Norteamericana”. El gran terremoto
de San Francisco se registró en 1906, lo que daría a los residents tres o
cuatro décadas más de espera si el patron se corrobora, como en Nepal. Walker
explicó que Chile y Perú están sentados sobre la placa tectónica de Nazca que
el 1 de abril de 2014 registró un terremoto de magnitud 8.8 frente a las costas
de Arica, en el norte de Chile. El sismo causó daños en casas, edificios,
carreteras y destruyó pueblos en sectores cordilleranos donde las
construcciones, como en Nepal, son antiguas y de adobe.
Pero el terremoto de 2010 en el centro-sur de
Chile echó por tierra lo que antes del sismo se daba por seguro. Complejos de
edificios cercanos al estadio nacional de Santiago, construidos entre los años
sesenta y los ochenta, quedaron inhabitables a pesar de ser antisísmicos. “Se
cayeron como dominós”, dijo a UnivisionNoticias.com Adriana Hernández, una
residente en el área afectada por el terremoto. “No aguantaron, se quebraron
los cimientos”. De las campañas de prevención del gobierno, Hernández dijo que “en
Santiago no existen” y que en los últimos años solo se desarrollan en la costa
“para el caso de un maremoto (tsunami)”.
“Ha habido simulacros pero solo para la costa.
En Santiago no. Y después del terremoto de abril del año pasado aprendimos una
lección que no se olvida. Aquella vez las alarmas no funcionaron en Arica. La
ciudad entró en pánico cuando el mar se comenzó a recoger.
Afortunadamente no hubo maremoto”, agradeció. El complejo sistema de sirenas que debía
activarse durante un sismo que detectara olas en el océano no funcionó como
había dicho el gobierno. Un fallo similar se registró en febrero de 2010 en la
zona centro sur. En aquella ocasión las alertas de maremoto fueron activadas
cuando ya las olas estaban golpeando el litoral.
Simulacro en Puerto Rico
El 16 de marzo 1,200 soldados y 350 agentes de
la policía de Puerto Rico encabezaron el simulacro de terremoto más grande
desarrollado en la isla para enfrentar una catástrofe a gran escala. Bajo el
nombre "Operación Respuesta Borinqueña” y ordenado desde Washington DC, el
ejercicio de 72 horas buscó poner a prueba la coordinación de labores entre el
ejército y el gobierno local. El ejercicio simuló un sismo de magnitud 8.6
seguido por un tsunami. También imaginaron que una parte del coliseo Roberto
Clemente en Hato Rey colapsó con 18,000 personas adentro en su interior, y
también incluyeron la detección de un químico altamente peligroso.
Al igual que San Francisco, en la costa oeste de
Estados Unidos, Puerto Rico espera un terremoto de gran magnitud debido a que
la placa tectónica conocida como Fosa de Puerto Rico, no ha liberado grandes
cantidades de energía en los últimos 100 años. El último gran sismo ocurrió el
11 de octubre de 1918 y registró una magnitud de 7.3 en la escala de Richter.
La incertidumbre sigue
Walker dijo que, por ahora, “no se pueden
pronosticar” los terremotos. “No sabemos cuándo habrá uno grande. Tenemos
tecnología que nos avisa segundos antes, como sucedió en el Valle de Napa, pero
nadie puede pronosticar el 'Big One', el gran terremoto”. “Lo único que sí
podemos decirle a la gente es que esté preparada, que tenga rutas de escape,
que sepa dónde encontrará agua en caso se corten los suministros, y lugares
seguros para proteger las vidas”, concluyó.
El mapa geológico del Continente muestra varias
placas tectónicas oceánicas debajo de la corteza de las Américas que, a su vez,
es atravesada por diversas fallas. En el
Pacífico la placa de Nazca se introduce hasta 700 km por debajo de la placa
continental, explica el Centro Regional de sismología para América del
Sur. “En algún momento aumenta su velocidad, y eso genera ruptura y
desplazamiento”, agrega. La zona más expuesta actualmente va del sur de
Perú al norte de Chile, y por la falta de ocurrencia reciente de un terremoto
de gran magnitud la energía se va acumulando y en algún momento va a estallar,
señalan expertos.
En Guatemala, las autoridades también han
advertido los riesgos crecientes de terremotos, sobre todo después del sismo de
1976. En la mayoría de los países “sísmicos”, especialistas y funcionarios
indican que se organizan con frecuencia simulacros de terremotos, se dispone de
estaciones de monitoreo y de normas de edificación antisísmica, pero nada
garantiza que las medidas sean suficientes para proteger a los casi 600
millones de habitantes de la región, más del 75% de ellos urbanos.
Países antisísmicos
Chile, Colombia o Perú cuentan con
reglamentación antisísmica para que las viviendas soporten terremotos de gran
potencia, pero en Bolivia no hay controles y la mayor parte de la población
vive en zonas vulnerables. En Colombia, Bogotá, ciudad con riesgo sísmico
intermedio donde viven millones de desplazados en edificaciones artesanales
construidas en las veredas, más del 80% de las viviendas no cumple con normas
sísmicas, según especialistas. En Ecuador “existen construcciones irregulares
en todo el país y eso es fuente de peligro”, advierte el Instituto geofísico de
Quito. Lo mismo ocurre en Venezuela donde más de la mitad de la población
vive en viviendas sin capacidad para resistir un terremoto, y más del 60%
habita, a su vez, en zonas de riesgo sísmico.
Desde 1995 México activó un sistema de alerta
temprana que tiene reconocimiento mundial. La mayoría de los epicentros de
terremotos se ubican en el centro del país donde la placa tectónica continental
de América del Norte se frota contra la placa de Cocos, lo que significa que
los sismos se sienten primero en la zona de Oaxaca en la costa del Pacífico.
Ahí los científicos instalaron sensores que detectan los primeros sismos y
envían una advertencia a la capital, que activa alarmas para darle tiempo a la
gente antes de que llegue el terremoto. Los segundos o minutos de anticipación
son clave para salvar miles de vidas humanas. Walker advierte que América
Latina no está preparada para un gran terremoto. “Algunos países están mejor
que otros, pero hay mucho trabajo por hacer”, concluyó.